Vivir a la sombra de Casillas es muy difícil. Iker es posiblemente el mejor portero que ha habido en muchos años en España. Comparar siempre es injusto y en el caso de un portero más. Desde aquí quiero reivindicar a nuestro porterazo, que el Madrid tenga al suyo no quiere decir que tengamos que infravalorar al nuestro. Sobre todo cuando el suyo tiene el furor mediático de toda la prensa nacional-madridista a sus pies y el nuestro en cambio le tiene tirria absoluta a los medios y no creo haya concedido nunca una sola entrevista. Fallo suyo. Pero no por no aparecer en los medios hemos de cambiar el juicio en el campo.
Valdés ha cerrado un debate infernal que viene de Zubizarreta y que sólo tuvo el efímero paréntesis de Ruud Hesp. Víctor ha ganado dos Ligas, una Champions y un Zamora. Por algo será. El argumento fácil dice que le chutan poco. Le chutan poco pero para, la mayoría de porteros empiezan a parar cuando se les chuta mucho. El argumento no vale por sí solo. Valdés ha demostrado adaptarse a la perfección al juego ultraofensivo del Barcelona.
Víctor no es el mejor, pero sí es el mejor portero que podemos tener. El Barça es capaz de quemar a porteros de primer nivel como Vitor Baia pero Víctor es diferente; se crece en los grandes momentos, cuando hay más tensión, cuando el rival aprieta. Valdés ha tenido fallos con el pie, en balones laterales, muchos fallos, como tantos porteros y tantos jugadores. Pero la memoria no puede ser tan frágil. Paró a remates sobre la línea de gol de Figo y Solari en la primera visita del Barça de Rijkaard al Bernabéu (1-2, Kluivert y Xavi), hizo un partido soberbio parando hasta 3 mano a mano a Van Nistelrooy en la visita al Camp Nou del Madrid de Capello. Todos vimos el partido del pasado sábado. Todos vimos la final de París. Simples ejemplos de cómo se crece en las grandes ocasiones. Podríamos seguir, pero los números hablan por sí solos, tenemos Zamora para años.
