La memoria es muy frágil

El Balón de Oro es el trofeo individual futbolístico por excelencia; escribe las leyendas de jugadores Cruyff, Platini o Van Basten y los corona en lo más alto. Sin embargo, los últimos años hemos asistido a decisiones, cuanto menos, discutibles. El caso de Cannavaro es el más reciente y posiblemente más polémico. Pero la ofensa principal que han protagonizado los de France Football (para ser exactos, todos los periodistas europeos con derecho a voto) se llama Deco; que semejante jugador no tenga un balón de oro cuando ha sido la clave futbolística de dos campeones de Europa como Oporto y Barcelona y ha llevado a una Selección como la portuguesa a una final de la Eurocopa, además de encadenar liga tras liga, hace sin duda que el prestigio del trofeo se tambalee. También podríamos hablar de casos como Francesco Totti o Roberto Carlos pero serían más justificables ya que observando el palmarés más reciente vemos nombres tan ilustres como Nedved, Rivaldo, Ronaldinho o Ronaldo.

En resumen, el Balón de Oro tiene un prestigio consolidado aunque no siempre reparte toda la justicia que debería. ¿Se dará el caso esta temporada?

La campaña a favor de Leo Messi empieza a hacerse notar en los medios catalanes. ¿Quién no tiene ganas de decir que Messi es actualmente el mejor del mundo? Es más, posiblemente a día de hoy lo sea. Sin embargo, retrocedamos un poco en el tiempo y valoremos lo que llevamos de año en su conjunto. Estamos ante un caso parecido al de Deco; es brasileiro, lleva el 22 y juega de rossonero, Kaká dirigió de manera majestuosa al campeón de Europa con actuaciones memorables y sumando la friolera de 10 goles y 3 asistencias. Difícil olvidar aquella exhibición de poderío contra el Manchester United, hat-trick incluído. Aunque la memoria es muy frágil.

Quizás lo suficiente como para no recordar a Kaká en Barcelona donde gozamos cada semana de ese monstruo del fútbol llamado Leo Messi. Sin embargo, esperemos que se haga justicia con el mejor del mundo en 2007, la elegancia, contundencia y calidad de Kaká lo valen.

La extraña mezcla entre Raúl y Villa

El símbolo del madridismo por excelencia, Raúl González Blanco, sobrevalorado en su momento y despreciado de manera lamentable en los últimos años, es reconocido por su entrega, su empuje, su raza. Pero los elogios habituales que le dedican nombres ilustres como Cruyff o Valdano no son estériles sino que responden a una determinada manera de entender el fútbol, el fútbol desmarque, de posición, el fútbol táctico en definitiva. Raúl es de aquellos delanteros que aportan siempre más de lo que parece, más allá de goles y asistencias, los movimiento ofensivos y defensivos de Raúl son una maravilla.

David Villa es el delantero español de moda. Siempre he pensado que sería un fracaso absoluto en el Barça, como muy bien dicen en la SER, es un Autónomo. Vive del balón al espacio en situaciones de contragolpe y sobretodo, vive de su disparo. Sin ser tan demoledor como un Rivaldo, es capaz de cargar la pierna desde cualquier sitio y siempre buscar puerta.

Si cogemos lo mejor de Raúl y lo mejor de Villa, nos sale un delantero más que apetecible. En el Madrigal, primer examen para el que debe ser estandarte del fútbol español en los próximos años. Suerte Bojan.

Eidur Gudjohnsen o como tirar 13 millones a la basura

A principios de 2005, el recien construido Barcelona de Rijkaard fue de visita obligada a Londres, a Stamford Bridge. Aquel Barça era aún un equipo sin experiencia como conjunto pero con una calidad futbolística, un hambre de victoria y una electricidad inigualables. Seguramente presenciamos el mejor partido de de la historia contemporánea del fútbol entre dos equipos en plena progresión, jóvenes y explosivos. Para bien o para mal, aquel partido y aquella exhibición del equipo de José Mourinho con 20 minutos de un vídeo para mostrar en cualquier escuela de fútbol, destrozando al Barcelona a base de contras demoledoras, influyó de manera decisiva en los siguientes años del equipo de Rijkaard.

Eran otros tiempos y muchas cosas han cambiado, tantas como que aquel jugador rubito que deslumbró a todos, especialmente a Gerard a quien directamente fracturó la cintura ... Eidur Gudjohnsen, está a punto de finalizar su etapa como barcelonista. Si analizamos detenidamente el caso nos damos cuenta de que Gudjohnsen le sale caro al Barça: 13 millones aproximadamente(es lógico ya que se trata de un grande europeo, ellos también han pagado sobreprecio por Belletti, por ejemplo) con lo cual, en teoría, estamos ante una inversión importante pero segura, y es que el islandés era un jugador de unos 27 años totalmente consolidado en la Premier League.

El fichaje de Eidur respondía a dos necesidades que cubrir: delantero centro suplente ... y mediapunta llegador, posición donde realmente ha triunfado en el fútbol europeo. En definitiva, entre Gudjohnsen y Saviola debían compensar las bajas de Van Bommel y Larsson. Se da la circunstancia de la lesión de Samuel Eto'o y todo se acelera. Rijkaard decide renunciar totalmente a la posición natural de Gudjohnsen y le da manija del equipo a los tres pequeños en la mayoría de ocasiones, apostando por el islandés como delantero centro durante casi media temporada.

¿Qué pasó con Gudjohnsen? No es más que otro expediente X de la afición barcelonista, pero uno sospecha que cuando se tiene fama de borracho y fiestero, no te la puedes jugar fallando un gol en el Bernabéu porque llega tu sentencia. En fin, la cuestión es que jugando en una posición en la cual jamás se sintió muy cómodo, mejoró los números del idolatrado Larsson (idolatrado con sobrados motivos, claro está) y mete gol en los tres partidos clave del año: Chelsea, Werder Bremen y Liverpool. Pero llegó enero y Rijkaard decidió cargarse al jugador que junto a Ronaldinho, le había aguantado de manera decente al equipo durante toda la primera vuelta. La grada se impuso y Saviola empezó a jugar. Como era de esperar el argentino fracasó estrepitosamente y no mejoró los número de Guddy, pero eso da igual, el conejo es querido incluso yéndose al Real Madrid. Finalmente se consumó la vuelta a los terrenos de Samuel Eto'o y se decide que Gudjohnsen ya no es apto para jugar en su posición natural (la de mediapunta o interior con llegada). En definitiva, se tiran 13 millones de euros a la basura denostando de manera incomprensible a un jugador que fue pieza clave en el Chelsea y que cumplió en el Barça.

El capitán general

Presiona, da pases en profundidad, cambia el juego, recula, avanza, chuta a puerta, llega al área, pega, va al suelo, pone el codo, se encara con el contrario, dirige, manda, ordena, achica espacios, aumenta el ritmo de circulación del balón, lo disminuye, asiste, marca, aprovecha rechaces, los provoca, se anticipa, suple las lagunas tácticas de sus compeñeros, se posiciona a la perfección. Es un genio, un genio de la táctica y del fútbol. El mejor centrocampista del mundo. Quien se atrevió a discutirlo o a ponerlo en venta en cada portada durante todo el verano tiene que conformarse con tragar exhibición tras exhibición, partidazo tras partidazo. Ha vuelto, se llama Anderson Luis da Souza y lo tenemos en el Barça. Te queremos, Deco.

¿El sabio de Hortaleza?

La Selección española no tiene seleccionador, de hecho no tiene siquiera un presidente en condiciones. Tampoco tiene títulos que la avalen. Evidentemente tampoco tiene un estilo de juego, una cultura futbolística sobre la que construir un futuro. Muchos incluso dudan de la calidad del futbolista español. Seguramente la Selección no debería siquiera existir, ni la española ni ninguna, por lo menos hasta que paguen por los jugadores que utilizan.

Dando todo este cúmulo de despropósitos por inevitables, ¿a quién se le puede ocurrir hacer una lista de convocados sin dos jugadores de la calidad de Raúl González y Víctor Valdés? A nadie con un mínimo de sentido futbolístico, a no ser que tenga a un combinado de estrellas en su poder. En fin, contra Dinamarca con Angulo y Marchena. Ver para creer.

Lamentable partido del Barça en Alemania

El mejor fue una vez más el porterazo que sigue sumando intervenciones de gran mérito en momentos determinantes. Con eso está todo dicho. El centro del campo fue un correcalles espantoso y por suerte los alemanes son mucho menos de lo que imaginaba, quizás están pagando la inexperiencia en la Champions. Contra un rival potente hubiese sido muy difícil puntuar. Andrés Iniesta hizo un partido más que correcto en una posición que evidentemente no es lo suya (salta a la vista que no tiene físico para jugar por delante de la defensa), demostrando una vez más el grandísimo jugador que es. El problema viene cuando se hace el equipo por eliminación o por simple encaje en lugar de hacer un planteamiento táctico serio. La alineación de los tres pequeños más la poca consistencia defensiva del trío de delanteros era arriesgada. Si le sumas a Thuram se convierte en un suicidio.

Las lesiones de Touré y Márquez son lo peor que nos podría haber pasado. Estaban siendo dos de las grandes claves para entender la solidez del nuevo Barcelona (el otro factor determinante es evidentemente la vuelta del número uno, la auténtica materia gris del Barça: Deco). La salida de balón que ofrece Márquez es fundamental, así como su impresionante poder de anticipación y su capacidad innata para trazar la línea del fuera de juego a la perfección. Por otro lado la aparición de Touré en el centro del campo da mucho equilibrio y oxigena a los interiores; su fortelaza física y su juego fácil son una garantía. Estos jugadores han sido clave para conseguir la solvencia defensiva de la que ha hecho gala el equipo de Rijkaard hasta conseguir que Sevilla, Zaragoza o Lyon no llegaran a Valdés. De cara a los próximos compromisos no se me ocurre ningún once que no incluya un centro del campo con los tres pequeños y eso me preocupa, como me preocupa que tenga que seguir siendo titular ese señor llamado Thuram que aún cree estar jugando junto a Cannavaro y Buffon ....

En cualquier caso el futuro a largo plazo es esperanzador ya que se empieza a vislumbrar un once tipo consistente. Habrá que sobrevivir al corto plazo como buenamente podamos.